Aunque con sentido común solucionamos montones de temas a diario, cuando además usamos la conciencia, con herramientas sencillas pero profundas, muchas situaciones se hacen más cómodas de atravesar.
En el momento que escribo este artículo llevo casi tres meses con mis mochilas (una para el ordenador) a cuestas, tiempo suficiente para que varias cosas en mi alma, por así decirlo, hayan hecho mella de uno u otro modo
Lo cierto es que los reparos y miedos que tenía las semanas previas a esta aventura sobre mi día a día cotidiano están todos superados.
Que si qué pinto ahí?, que si como moverme de aquí para allá, dormir, comer, etc? que si conoceré amigos o estaré más sola que la una? que qué pasa con esos robos, violencia,etc?
Ahora ya sé al menos lo que ha pasado, y sí, han pasado muchas cosas. El adjetivo buenas o malas me parece algo desfasado.
Al día siguiente de llegar a Lima quiso el destino que llegara al mismo lugar que yo un trotamundos castellano con el que hicimos los primeros arreglos de tener móvil, internet, cambio de moneda, entender más o menos la city, en fin, esas cosas.
Y claro, cuando una está en las quimbambas, tener a un paisano al lado mola mucho.
Cuando al cabo de unas semanas, nos volvimos a encontrar y le puse al día, me contestó:
jo, si a mí me hubiera pasado eso, no me lo habría tomado tan bien, la verdad es que habría estado agobiado todo el día
Claro, así es. Los hechos son emocionalmente neutros como dice mi querida gloriamendez.es Somos las personas quienes ponemos la emoción a esos hechos.
Ahora te voy a compartir algunos que sin ser nada del otro mundo, podrían haber aguado una parte de este recorrido. Siempre está en mi mano hacer que algo me amargue la existencia o la dote de curiosidad y chispa.
Ahí van:
el primero en la frente: ‘para saber no es necesario entender’
Vamos andando con David, el primer día, recién llegaditos, a solucionar el tema de internet en nuestros móviles, charlando, jiji jaja y al atravesar un parque, de repente,…
…mi cabeza está en otra dimensión con un dolor totalmente desconocido y sin saber si el cerebro está dentro o fuera de ella.
¿Cómo te quedas?
Una homeless, con trastorno de esquizofrenia, supongo que se asustó o algo, y con toda su fuerza me atizó un botellazo cuando pasábamos a su lado.
Comprendí en el breve instante de cruce de ojos antes de que ella saliera huyendo que no había maldad en ella y que no era nada personal contra mí, que había enfermedad.
Es justamente la conciencia la que permite saber, sin dudar, lo que es esencial (en este caso que la persona estaba enferma) para actuar en este caso sin perjudicarnos (evitar que David la vapuleara)
Unos minutos después, mientras agarraba con mis dos manos la cabezota para que se quedara en su sitio con cerebro dentro incluído, aparece un policía.
que si estoy bien, si necesito ir a un hospital o llamar a una ambulancia,
que la señora le había ido a buscar y le había dicho que me había pegado
que la conoce y tiene episodios de esquizofrenia.
huelga y piquetes de productores de maíz: ‘el cuerpo sabe’
Aunque el plan que llevo me permite ir con tiempo a los sitios, también tengo más o menos, un calendario que cumplir y ciertos compromisos. Eso me ‘obligaba’ a ir sí o sí de Tarapoto a Chachapoyas un día en concreto.
Pero…los agricultores de Tarapoto (zona selvática del norte) ya llevaban 7 días de protestas cortando carreteras. Todas. ‘No hay paso’
Sólo lo abrían 1 hora por la mañana y otra hora por la noche. Pero eso ocurría además en cada ciudad del camino y nadie podía garantizar hasta donde podría llegar
Tras múltiples preguntas …alguien en la estación me dijo: ‘si quiere llegar avance nomás amiga, suba y avance’. Dudo. Escucho mi cuerpo y dice, adelante, ves.
Es la conciencia la que me ha permitido sensibilizarme lo suficiente y usar la inteligencia de mi cuerpo físico cuando tengo que resolver algunas dudas, como la del ejemplo.
Ese viaje que normalmente sería de 6 horas cómodamente sentada en una van, fue finalmente de 12 con muchos enlaces más o menos complicados. Cruzar los piquetes andando, el camión volcado, angelitos que me llevan la mochila en su hombro -en lugar de llevarla con las rueditas que para eso están-, poder ver su vitalidad de hacer negocio en cualquier situación -por ejemplo, vendiendo comida y bebida ahí donde estaban los piquetes-, pierdo mi cartera, me invitan a comer, etc etc y sí, llego. Feliz.
llegada triunfal a Patria: ‘un poco de humildad’
Con más de 3 horas de retraso, sobre las 8 de la noche, totalmente oscuro ya, me deja aquella furgoneta de viajeros ‘van’ en un poblado, Patria. Como ha habido tormenta (ya sabes, el trópico y la selva, esta vez selva del centro del país), no hay luz, teléfono ni internet.
Me tenían que estar esperando. Pero no hay nadie. (eso es un decir, hay mucha gente, algunos apiñados viendo una especie de juego de estos engañiflas. otros…no sé, no se veía nada). El aspecto de aquel lugar es un destartalado pueblo del oeste de las pelis sin caballos ni sheriff y con personas muy distintas a mí. Glops.
Momento de pánico. Muy breve.
Viene mi conciencia en menos de 30 segundos a poner claridad inmediata, y me dice: A ver, Sonia, si en 3 horas de retraso nadie ha venido a preguntar por el ‘carro’, hay muchos puntos de que no te vayan a venir a buscar. Y no puedes ponerte en contacto con nadie porque no hay línea. Así es.
Con esa comprensión debe cambiar mi cara y el señor que se supone conocía a quien tenía que venir a buscarme me dice: ‘le voy a enseñar un hospedaje’. Y me lo enseña. Socorro. A oscuras, en ese sitio, así a pelo, sin estar preparada…daba susto…
Vuelve a venir mi conciencia en medio minuto más y me dice: ‘A ver, Sonia, aquí todo es así, pero mira a tu alrededor, ¿tiene pinta esta gente de pasarse la vida atormentando turistas? ¿tiene pinta este sitio de que vengan turistas?. No. Ellos están a los suyo y tú les importas un bledo! ‘.
Ya, habiéndome quitado importancia, sabiendo que no he de dormir en la calle si no quiero, decido dar un tiempo prudencial a que alguien aparezca. 10 minutos después aparece.
…
Bueno, espero haber compartido que en estos casos, con actitudes más tensas o agarrotadas (te prometo que he sido una experta en rigideces y agarrotamientos) yo lo hubiera pasado peor, y quizá habría provocado resultados más duros.
La actitud es una decisión. ¿compartes esa idea?
Abrazo enorme y una vez más, gracias por estar aquí!
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